PITOS PARA TODOS EN EL MEAZZA

3ª JORNADA

INTER MILÁN 0-0 ROMA

Las cosas siguen sin funcionar. Inter y Roma ofrecieron un pobre espectáculo en un choque que a priori parecía que iba a despejar algunas dudas. Al final las pocas ganas de unos y otros acabó por "regalarles" un punto a cada uno, que les puede distanciar a cinco de la Juve y el Napoles, si mañana ganan en sus respectivos partidos.

La peor acción del partido, fue la brutal entrada de Lucio al portero Stekelenburg a los veinte minutos, que obligó al holandés a ser sustituido por Lobont. El ex- del Ajax perdió la conciencia durante unos segundos, lo que hizo temer lo peor. La Lega debería de sancionar al defensa brasileño, que es un clásico en jugadas de este tipo.

En lo deportivo, ni Gasperini ni Luis Enrique visto lo hoy van a bajarse del burro y dar su brazo a torcer. Si han de caer, lo harán con sus ideas y filosofías, que los están llevando a la Uci. El entrenador neroazzurro, continua sorprendiendo con sus alineaciones, dejando a Pazzini sin jugar ni un minuto, a Zarate en el banquillo y apostando por Obi, que suele aportar más bien poco a los italianos.

De hecho, ya en los minutos finales, el Meazza, que posteriormente todavía haría mas fuerte la pitada, abucheó el cambio Forlan-Muntari, cuando todavía quedaba tiempo para ir a por la victoria. Las ocasiones en ambos equipos brillaron por su ausencia.

La más clara la tuvo Sneijder en el punto de penalti, con un disparo que sacó en boca de gol Kjaer, tras un centro de Zarate desde la banda, que la defensa romana despejó a los pies del holandés. En el bando contrario, Luis Enrique continua encabezonado con situar a Osvaldo y Borini en las bandas, dando el papel de delantero centro a Totti.

Pero es que los romanos no crean ocasiones de peligro, porque todas las acciones las originan, fundamentan y finalizan por el centro, debido a que no poseen jugadores con capacidades técnicas para desequilibrar, buscar el uno contra y uno y colocar balones desde las bandas.

Al final, partido áspero y con dos equipos muy limitados (la Roma tuvo mayor control en el primer tiempo y el Inter en el segundo), con el consecuente reparto de puntos, que no deja satisfechos ni a unos ni a otros.

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