KLOSE DESATA LA LOCURA EN EL OLÍMPICO

7ª JORNADA

LAZIO 2-1 ROMA

El derbi de Roma se lo llevó el Lazio. Un gol en el último minuto del descuento, permitió a los de Reja noquear a su eterno rival y consigue colocar a los "laziale" en posiciones Champions y a solo un punto de la cabeza.

La Roma por su parte, se queda anclada en la zona media de la tabla con ocho puntos. No vivió un gran debut de derbi romano el técnico español Luis Enrique, al que le jugó una mala pasada la expulsión en el segundo tiempo del danés Kjaer.

El central romano, fue expulsado tras derribar dentro del área y siendo el último jugador, una carrera de Brocchi. El brasileño Hernanes no perdonó y situó el empate en el marcador. Era el minuto seis del segundo tiempo y la Roma que actuaba de visitante, además de ver como le empatan el encuentro, debía afrontar casi todo el segundo tiempo con un jugador menos.

La primera parte, que fue muy incisiva, con dominio alterno de ambos equipos, se decidió con un tanto de Osvaldo a los cinco minutos. El ex-delantero del Espanyol, recibió dentro del área una asistencia de Pjanic y no perdonó ante Marchetti.

Muy polémica la celebración del delantero italiano, que emulando al hoy ausente por lesión Totti, sacó a relucir una camiseta que rezaba " Vi ho purgato anche io" ( También yo les he fastidiado), que no gustó nada a la afición local.

Tras el gol del empate, el dominio se hizo cada vez más laziale. Klose y Cissé enviaron un balón a la madera cada uno. Hernanes intentaba liderar el juego ofensivo de los suyos, mientras que Luis Enrique retiraba a Bojan, para dar entrada a Pizarro, con la intención de reforzar el mediocampo.

Con solo Osvaldo en punta, las ideas visitantes eran las de sacar un punto y con algo de suerte pillar una contra con un balón largo para que el delantero italiano sacara petróleo. Pero al final, cuando el asedio "laziale" no cesaba en su inquietud de batir a Stelekelenburg, apareció Matuzalem en el último minuto de descuento, para dar una gran asistencia al punto de penalti a Klose, que tras controlar y colocar la mirilla, envió el balón raso, fuera del alcance del portero holandés, desatando la locura de la afición local.

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